Arranca esa especie de instinto imparable. Esta ahi: latiendo.
Deformaciones de luz, viajaron bien lejos hasta soles que no hubieran imaginado. Cielos a lo Vanilla Sky inscriptos en la retina. A lo lejos el mar turquesa que, como todo mar, lleva y trae las cosas revolviendolas, revolucionandolas.
En pleno estallido de los sentidos, del calor y los colores, de la brisa que acaricia la desnudez, ellos bailan y se enroscan. Aparece la figura de la union. El complemento, equilibrios aunque solo haya fuego. Sed abundante, ojos comprometidos con lo que leen. Sentirse pleno, a gusto, tranquilo. Ser con otro. Ser uno.
Empiezan las lluvias. Los cielos se oscurecen. El mar no esta tan calmo. Los sentidos siguen encendidos. Hara falta entrar nuevamente en comunion aunque ahora solo queda apelar a los signos marcados en la piel, al cosquilleo de la memoria. Imagenes evocadas al azar despertaran la sensacion nuevamente. Una vez que se exploraron, nadie puede quitarles el sabor y ahi es donde cambia la perspectiva. Ya no es ese cerrar los ojos para no ver la partida sino que es ese cerrar los ojos para sentir todavia sus suspiros.
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