lunes, 12 de marzo de 2012

Situación: Aeropuerto

Madre... madre hay una sola y todos deberíamos estar satisfechos con eso reconociendo, así, que el mundo es justo con nosotros. Cuando hablo de nosotros me refiero, por supuesto, a nosotros:los siempre niños, los siempre inmaduros, los siempre jóvenes, los hijos.
Estábamos aguardando el vuelo de vuelta a casa. Atormentados por haber dormido en las poco confortables butacas del aeropuerto buscábamos despavilarnos.

7.30hs, sábado. Una familia cruza la puerta corrediza de la entrada. Deducimos que ellos eran mamá, papá, hermano mayor, hermana menor, novia del hermano mayor. Y asistimos a eso que le pasa a muchas madres: no saber cortar el cordón.
El que viajaba era el nene, eso justificaba la presencia de la señora, con los lentes negros puestos de vincha, en el mostrador para el check-in. La cara de desesperación de la mujer era indisimulable: se iba el nene, esa chica se lo llevaba lejos, para peor en avión. Y para peor de peores el nene había decidido irse a Buenos Aires con la chirusa. Porque la facultad, bien sé yo, es una excusa. Su mejor amigo de toda la vida se queda acá y quieren estudiar lo mismo. El podría seguir su ejemplo, pero no, tuvo que conocer a ésta e irse. Además... ¿quién sabe? ¿Qué tan seguro es un avión? Esta puede ser la última vez en mi vida que vea a mi hijo con vida. Dios no quiera, pero.. ¡hay cada accidente horrible! Y la ciudad... La ciudad llena de gente en la que uno no puede confiar... Y él es tan noble, tan honesto, tan bueno... no va a sobrevivir dos días ahí, en esa jungla.
Se acerca al mostrador con el documento del joven. Hace el check-in por él.
El padre está, con esa facilidad increíble que tienen los hombres para aparentar ser partícipes de una situación. Sostiene un cartel en la frente que dice: "ESTOY" y eso pareciera ser mas que suficiente, no se mueve, no habla. Está y eso debería valer para el hijo. El está en un momento importante, y si el chico decide irse está bien. La cara somnolienta y colorada, empieza a filtrarse el sol por los grandes cristales del aeropuerto.
La hermana menor debe tener unos catorce años. Pura pubertad le brota de los poros en forma de granitos. Es mas alta que la madre y tiene las mismas facciones que el padre. Así y todo, comparte con su hermano un aire similar. Anoche no fue a la casa de una de las chicas, todos sus amigos salieron a la joda y ella se quedó. A las diez mamá ya quería que apagara la compu y me fuera a dormir. Estaba aburrida igual de ver que no pasaba nada en Facebook. Mire las mismas fotos veinte veces. Todos se fueron y yo me tengo que quedar para acompañarlo a él, acompañarlo "en familia". Mamá ya lo repitió mil veces. Que mi hermano se va, que no puedo salir con mis amigas a hacer lo que quiera, que soy chica, vivo bajo su techo y que mejor me vaya a la cama sino mañana voy a ser una momia.
La novia se acerca al chico del mostrador, le da su documento. La madre mira, busca los ojos de su hija para generar complicidad. ¿Dónde están los padres de esta chica? Yo no sé como se atreven a dejarla viajar sola, así... como yo estoy haciendo con el nene... entregándoselo. Esperemos que pase el cuatrimestre con calma y no llegue a las vacaciones con alguna "sorpresita", con tal de engancharlo al nene, ésta haría cualquier cosa. Y el nene... él que es tan nene todavía! Y ella con esa pollera que le agradezco a Dios que no se le ve nada! ¡Con el frío que hace! ...Y la señorita en pollerita corta. Con tal de mostrarse cualquier cosa, es que éstas de ciudad son así. Lo agarró al nene y ahora no lo suelta y, para colmo, le muestra las piernas a todo el aeropuerto.

Termina la chica de hacer el papelerío y pasa el bolso por la balanza. La hermana huye al baño, supongo que a lavarse las lagañas que todavía le cuelgan. Está deseando que el avión salga pronto y así volver a casa y dormir una siesta ¡Cinco y media me levantó mamá para esto!¡Cinco y media! La madre corre detrás. Necesita hablar. Papá está callado y si le habla no la va a escuchar. La hermana es la víctima perfecta.
Desearía tener coraje y entrar al baño yo también, lavarme las manos con disimulo cerca de la hermana y darle ánimos para que:
1. No se corte las venas cuando llegue a su hogar.
2. No acuchille a la madre durante la espera.

La pareja, junto al padre, se acomodó en el café. Por cierto, tomarse un café en un aeropuerto puede salir mas caro que un implante mamario. Solo por dar un ejemplo.
Los jóvenes hablaban, el padre... El padre, como ya se dijo: está. No vamos a pretender acción alguna por parte de esta figura.

Puntuales, 8.40hs se llama a los pasajeros a abordar el avión. La familia completa se mueve hasta las escaleras. El momento final se acerca. Ella no puede evitar estrujar a su hijo en un abrazo con lágrimas que se desparraman por el lugar. El efecto emoción invade al joven, quién también llora compulsivamente ante la mirada atónita de su hermana y la no presencia psíquica de su padre.
La novia ni figura. Está de mas y ella es el conflicto. La señora saluda a la novia por protocolo.
Los jóvenes suben en la escalera mecánica.

El nene se va... quizas para siempre y ella sufre porque, claramente no confía en los aviones, no confía en la novia ni en la ciudad ni confía en su hijo.

No hay comentarios: