Aquello que cuenta la luz
Sin pensarlo un minuto, me lanzo a correr por la jungla. La maleza me va ocultando de la luna y sus estrellas.
Rompo la aparente quietud del suelo al pisar una ramita. Me paralizo. El sonido puede ponerme en evidencia.
Acto seguido: vuelo por los aires atrapada en una red. Intento liberarme de ella en vano (la lucha suele ser en vano, más si uno ansía la libertad).
Doy paso a la inacción y me duermo. Ya alguien me descubrirá mañana.
Despierto donde estaba, un palo pica mis nalgas. Doy vueltas como puedo para vislumbrar el origen de aquel despertar. Haciendo foco en la punta que golpea mi cuerpo, me doy cuenta de lo lejos que está el piso. Un hombre sostiene el otro extremo. Siento que mi vista recorrió kilómetros hasta poder verlo claramente. Brazo largo y fibroso, torso desnudo y marcado por agujas.
Se traza una línea recta entre sus ojos negros y los míos. Se sonríe satisfecho.
Camina hacia un costado del árbol y comienza a desatar una cuerda. Inmediatamente, me veo en caída libre, dentro de un saco, hacia el piso.
Me cruje el cuerpo al aterrizar. Saco fuerzas y quiero correr. Me levanto y así como lo hago vuelvo a golpear mi cara en el piso mientras avanza el rico calor de un dardo en mi nuca.
Me siento mareada y confundida. El se vuelve a sonreír. Arrastra la soga con firmeza sin darle importancia al hecho de que mi cuerpo tropieza constantemente con las raíces y hongos de la tierra.
Por momentos para, me sonríe amablemente y continúa arrastrándome.
*Hunted by a freak, Happy songs for happy people, Mogwai ;)
No hay comentarios:
Publicar un comentario